6 de agosto de 2010

Teoria del principe azul

Creo que uno de los grandes problemas de las relaciones es la racionalización. No digo que uno tenga que ir lobotomizado o sin poner ningún filtro, pero muchas veces pensamos demasiado las cosas y eso lleva a que durante el duelo agudicemos esa práctica.

Es así que surgen las teorías desesperadas, como un intento de racionalización a esas inseguridades que surgieron durante alguna espera y que intentan justificar el estado en el que nos encontramos. Dentro de estas teorías existen varias escuelas que se encuadran al menos en dos grandes grupos: “la ultra derecha romántica de las rosas rojas” por un lado y por el otro “Los bohemios de izquierda”, estos últimos defensores del amor libre.

Quizás la teoría que intentaremos exponer hoy, despierte polémica en ambas corrientes, en especial en el área de genero de las mismas. Pero sin lugar a duda creo que es fácilmente comprobable, aunque las demostraciones empíricas pueden ser perjudiciales para los investigadores.

Lo cierto es que existe el llamado “Síndrome del príncipe azul” al cual las mujeres son ideológicamente sometidas desde la infancia. Esto implica que busquen un modelo de hombre que las quieras, que las comprenda, que sea romántico… como en los cuentos donde la protagonista es sometida a un montón de humillaciones de su entorno hasta que llega su héroe y lo rescata.

Sin embargo, las mujeres nunca buscan ese perfil porque eso significaría que están salvadas. Por el contrario, van a buscar un tipo que las maltrate, que no las entienda, que no las escuche o que les haga algún mal con el fin de poder sostener su rol de victima. Es así, que las mujeres apuntan a cambiarnos en el caso de que no cuadremos dentro de los parámetros del príncipe azul.

¿Pero que pasa con los hombres que cuadran en este perfil? A la conclusión que llegamos conjuntamente con el Licenciado que coordino la investigación es que, no son populares en el sentido de que ya están adoctrinados. El cuadrar dentro de los parámetros establecidos de la búsqueda eterna implica ser menos seductor ya que quitaría la posibilidad a la mujer de victimizarse.

El hombre adoctrinado solo cuadra como transición entre una relación enfermiza y otra. De esta manera, es utilizado como comparación y como fuente de victimización para que las mujeres sostengan argumentos como “estaba mejor con…”.

Es por esta razón que las mujeres no priorizan al tipo que las quiere, que las entiende, que las escucha...

3 comentarios:

Luciana dijo...

Si bien tiene algunos aciertos, no estoy 100% de acuerdo. No a todas nos gusta ser víctimas. Al menos, puesto de esta manera y acaompañado por esa autotipificación masculina, queda demostrado que a ustedes les gusta disputarnos ese lugar de víctima: ellas son las dejadoras, las que no saben lo que quieren y envuelven a los pobres hombres en sus idas y venidas, ellas lloran por los rincones y nos confunden, las que no nos dan bola.

Que las hay, las hay; pero también están los hombres que nos dejan a nosotras, que nos rebotan cual pelota playera, que siempre buscan a alguna que sea perfecta como su mamá, y que cuando la encuentran, se van con otra, porque quieren una amante, no una mamá que les prepare la merienda,porque buscan esa perfecta (e imposible) mezcla de puta virgen.

En fin, me gustó el texto. Pero no quería dejar de expresar mi disidencia.

Saludos!

KeYo de Sespere dijo...

Mi estimada Luciana:

Agradezco como siempre su participación (es casi como la critica femenina lo cual hace tan necesario a la reflexión de estas reflexiones).

En cuanto a su comentario… sin lugar a duda que hay hombres que se victimizan por momentos mas que las mujeres, el gran problema es que en cualquiera de los casos eso es un emergente. ¿Qué necesidad de que haya una victima en el amor?

Agradezco nuevamente su opinión

mi_cavenaghi dijo...

"Es por esta razón que las mujeres no priorizan al tipo que las quiere, que las entiende, que las escucha... "

por no decir que son unas wachas...