25 de octubre de 2011

La espera en las redes sociales


Muchas de las teorías sobre los tiempos datan de siglos atrás en donde las mujeres no compartían espacios laborales con los festejados, las comunicaciones eran mucho más lentas y el panorama para elaborar un duelo era mucho más propicio ya que el que esperaba y el que pedían podían tomar distancia con facilidad desintoxicándose del desamor u amor no correspondido.

Este contexto también era propicio para eliminar los rumores que son los que en la actualidad tanto complican durante la espera. Tengamos en cuenta que los servicios postales podían tardar semanas… vamos a ponernos en situación… un conocido nuestro que vive al otro lado del reino nos envía el siguiente mensaje…

“Estimado Señor: Tengo el desagradable deber de comunicarle que se amada Marie Claire fue vista con 3 guardias de seguridad a escondidas en la caballeriza mientras que sonrientemente les mostraba el tobillo derecho…”

Este menaje tiene como fecha unos 3 meses antes de recibirlo por lo cual ya pierde el impacto de la inmediatez. Esto no quita que no pensemos que Marie Claire no sea una mala muchacha, simplemente que ese rumor pierde su efecto porque poco nos importa Marie Claire. Pero en la actualidad es mucho más complejo ya que las comunicaciones son mucho más eficientes. 

Creo que uno de los peores inventos para alguien que está en proceso de duelo son las redes sociales y es que uno está en un estado casi paranoico sumergido en la inestabilidad. Creo que de una serie televisiva saqué la siguiente frase… “Un paranoico con Facebook deja de ser un paranoico para convertirse en un pelotudo” y creo que ese es el estado mental que resume la conducta tanto en el que espera como el que pide.

En ambos casos el muro de Facebook se convierte en el muro de Berlín en donde el que pide pone frases tales como 

“Que buena salidas chicas!! Como las extrañe, pensar que hace 2 años que no salíamos”

O comentarios como

“Qué lindo tu amigo, ¿Cómo es su face?”

Entonces el que espera aumenta su paranoia con la lectura asidua de cada dardo venenoso que destruye su autoestima pero aumenta su adicción. Pero en un momento se cansa y decide plantear un infantil contraataque similar

“Noche de solteros… como extrañaba salir con los pibes”

o

“Nos conocimos bailando en un bar… ¡Que buen tema loco!”

De esta manera lo que comienza como un juego se convierte en una carrera para ver quien tira con municiones más pesadas hasta que un día dejan de ser indirectas para convertirse en directas…. Y es acá cuando uno se da cuenta del grado de pelotudez ya que dos personas que en alguno momento algo se quisieron, están jugando como dos chicos a ver quien lastima más, aunque también se podría interpretar en una reversión del clásico de Pink Floyd…

En definitiva es solo un estado más del muro

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