En los días posteriores a la petición, uno está lleno de confusión e incertidumbre. Por nuestra cabeza pasan muchas preguntas pasan y surgen inseguridades en el modo de actuar. Uno no sabe si llamar o no, si pasar por la casa o no…. Estamos confundidos, y es normal ya que en la mayoría de los casos la petición nos toma por sorpresa.
Los que esperamos, siempre realizamos el esfuerzo de respetar la petición… no llamamos, no pasamos por la casa y tratamos de pensar lo menos posible en el tiempo de la espera y en que tanto espacio tenemos que respetar.
Los que esperamos, siempre realizamos el esfuerzo de respetar la petición… no llamamos, no pasamos por la casa y tratamos de pensar lo menos posible en el tiempo de la espera y en que tanto espacio tenemos que respetar.

“Por favor… no pasen, no llamen a no ser que sea con algo concreto... No estamos bien y no sabemos que es lo que quieren”
1 comentario:
Creo que durante un tiempo, lo mejor es cortar toda relación con la otra persona para que ambas partes puedan pensar todo en frío.
Lamentablemente, quienes menos respetan eso, son los demandantes, ya que al no ser ellos quienes peor la pasan (normalmente), creen que está todo bien levantar el telefono para ver si la otra persona quiere ir a tomar un helado o un café.
No es una crítica agresiva contra los demandantes, es solo... una acotación.
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