El problema es que generalmente el momento justo siempre es el más injusto de todos. La hora indicada nos recuerda la hora en que la conocimos, ese día se cumplía 9 años de noviazgo, ese día era año nuevo, o el fin de semana íbamos a viajar a lo de la tía pocha que cumplía 80 años y lo festejaba con todo…
En algunos momentos lo justificamos diciendo “bueno… no me quiso cagar ese día y prefirió decírmelo antes que pase”. En un día bueno podemos pensar si lo dejaba pasar “Pedazo de hija de mala madre, ya lo tenia pensado antes del cumpleaños de la pocha”Con lo cual aquí viene el consejo para los que piden… “Díganlo sin anestesia… total la cagada ya esta hecha”
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